EL DECLIVE DEL SOCIALISMO EUROPEO

Publico un artículo de Ignacio Ramonet que me ha gustado y creo que es clarividente y que por supuesto, se explica mucho mejor que yo.

Al frente de los gobiernos en 15 países de la Unión Europea hasta hace poco más de un lustro, la socialdemocracia da signos de desorientación, falta de propuestas y agotamiento. Sus electores tradicionales la abandonan. Una secular corriente de las izquierdas que impulsó grandes transformaciones hoy paga el precio de su confusión ideológica.
Las ideas también mueren. El cementerio de los partidos políticos rebosa de tumbas donde yacen los restos de organizaciones que otrora desataron pasiones, movieron a multitudes y hoy son pasto del olvido. ¿Quién se acuerda en Europa, por ejemplo, del radicalismo? Una de las fuerzas políticas (de centroizquierda) más importantes de la segunda mitad del siglo XIX, que los vientos de la historia se llevaron... ¿Qué fue del anarquismo? ¿O del comunismo estalinista? ¿Qué se hicieron aquellos formidables movimientos populares capaces de convocar a millones de campesinos y obreros? ¿Qué fueron sino devaneos? (1).
Por sus propios abandonos, abjuraciones y renuncias, a la socialdemocracia europea le toca hoy verse arrastrada hacia el sepulcro. Su ciclo de vida parece acabarse. Y lo más incomprensible es que semejante perspectiva se produce en el momento en que el capitalismo ultraliberal atraviesa uno de sus peores momentos.
¿Por qué la socialdemocracia se muere, cuando el ultraliberalismo se halla en plena crisis? Sin duda porque, frente a tantas urgencias sociales, no ha sabido generar entusiasmo popular. Navega a tientas, sin brújula y sin teoría; da la impresión de estar averiada, con un aparato dirigente enclenque, sin organización ni ideario, sin doctrina ni orientación... Y sobre todo sin identidad: era una organización que debía hacer la revolución, y ha renegado de ese empeño; era un partido obrero, y hoy lo es de las clases medias urbanas acomodadas.
Las recientes elecciones en varios países han demostrado que la socialdemocracia europea ya no sabe dirigirse a los millones de electores víctimas de las brutalidades del mundo postindustrial engendrado por la globalización. Esas multitudes de obreros desechables, de neo-pobres de los suburbios, de “mileuristas” (2), de excluidos, de jubilados en plena edad activa, de jóvenes precarizados, de familias de clase media amenazadas por la miseria. Capas populares damnificadas por el shock neoliberal... Y para las cuales, la socialdemocracia no parece disponer de discurso ni de remedios.

Los resultados de las elecciones europeas de junio de 2009 demostraron su descalabro actual. La mayoría de los partidos de esa familia en el poder retrocedieron. Y los partidos en la oposición también recularon, particularmente en Francia y en Finlandia.
No supieron convencer de su capacidad para responder a los desafíos económicos y sociales planteados por el desastre del capitalismo financiero. Si faltaba un indicio para demostrar que los socialistas europeos son incapaces de proponer una política diferente de la que domina en el seno de la Unión Europea, esa prueba la dieron Gordon Brown y José Luis Rodríguez Zapatero cuando apoyaron la bochornosa elección a la Presidencia de la Comisión Europea del ultraliberal José Manuel Duraõ Barroso, el cuarto hombre de la Cumbre de las Azores –junto con George W. Bush, Tony Blair y José María Aznar–, donde se decidió, en marzo de 2003, la invasión ilegal de Irak...
En 2002, los socialdemócratas gobernaban en quince países de la Unión Europea. Hoy, a pesar de que la crisis financiera ha demostrado el impasse moral, social y ecológico del ultraliberalismo, ya sólo gobiernan en cinco Estados (España, Grecia, Hungría, Portugal y Reino Unido). No han sabido sacar provecho del descalabro neoliberal. Y los gobiernos de tres de esos países –España, Grecia y Portugal, atacados por los mercados financieros y afectados por la “crisis de la deuda”– se hundirán en un descrédito e impopularidad aún mayores cuando empiecen a aplicar, con mano de hierro, los programas de austeridad y las políticas antipopulares exigidas por la lógica de la Unión Europea y sus principales cancerberos.
Repudiar sus propios fundamentos se ha vuelto habitual. Hace tiempo que la socialdemocracia europea decidió alentar las privatizaciones, estimular la reducción de los presupuestos del Estado a costa de los ciudadanos, tolerar las desigualdades, promover la prolongación de la edad de jubilación, practicar el desmantelamiento del sector público, a la vez que espoleaba las concentraciones y las fusiones de mega-empresas y que mimaba a los bancos. Lleva años aceptando, sin gran remordimiento, convertirse al social-liberalismo. Ha dejado de considerar como prioritarios algunos de los objetivos que formaban parte de su ADN ideológico. Por ejemplo: el pleno empleo, la defensa de los beneficios sociales adquiridos, el desarrollo de los servicios públicos o la erradicación de la miseria.
A finales del siglo XIX y hasta los años 30, cada vez que el capitalismo dio un salto transformador, los socialdemócratas, casi siempre apoyados por las izquierdas y los sindicatos, aportaron respuestas originales y progresistas: sufragio universal, enseñanza gratuita para todos, derecho a un empleo, seguridad social, Estado social, Estado de bienestar... Esa imaginación política parece hoy agotada.
La socialdemocracia europea carece de nueva utopía social. Y es que los tiempos cambian. En la mente de muchos de sus electores, hasta en los más modestos, el consumismo triunfa, así como el deseo de enriquecerse, de divertirse, de zambullirse en las abundancias, de ser feliz sin mala conciencia... Frente a ese hedonismo dominante, machacado en permanencia por la publicidad y los medios masivos de manipulación, los dirigentes socialdemócratas ya no se atreven ir a contracorriente. Llegan incluso a convencerse de que no son los capitalistas los que se enriquecen con el esfuerzo de los proletarios, sino los pobres quienes se aprovechan de los impuestos pagados por los ricos. Piensan, como lo afirma el filósofo italiano Raffaele Simone, que “el socialismo sólo es posible cuando la desgracia sobrepasa en exceso a la dicha, cuando el sufrimiento rebasa con mucho el placer, y cuando el caos triunfa sobre las estructuras” (3).
Por eso quizá, y en contraste, está renaciendo hoy con tanta pujanza y creatividad un nuevo socialismo del siglo XXI en algunos países de América del Sur: Bolivia, Ecuador, Venezuela.
En Europa, mientras tanto, a la socialdemocracia le llega su fin de ciclo. ♦

Comentarios

  1. joder que bueno y que razón tiene.

    Los que deberiamos protestar vivimos tan comodos que ya no decimos ni mu... quizás en unos años cuando estemos realmente puteados empecemos a hacer algo.. aunque sin lugar a dudas tarde...

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  2. Hola Misantropo,
    qué razón tiene, cuando volvamos a estar jodidos, perdón, más jodidos volveremos a tener conciencia social.
    Contra más tarde más violento va a ser el cambio.

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  3. Desde luego, sólo somos revolucionarios de salón.

    Cada vez tenemos más cosas.

    Esta sociedad avanza cómodamente hacia la autodestrucción.

    Los que deberían ser los soldados de la revolución son los perros guardianes del opresor.

    Hay una frase en una película de Scorsese que a nadie le gustó, "Gangs of New York"; en una conversación entre dos ricos, hablando con desprecio de los pobres uno le dice a otro que "lo bueno de los pobres es que puedes comprar a la mitad para que mate a la otra mitad"

    El problema es el de siempre.

    Nosotros. (que manía de acabar todos los comentarios igual)

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  4. MEllow,
    yo creo que somos la solución y parte del problema.
    PEro bueno, ya ves por esta blogosfera a los amadores del ultraliberalismo, la solución es rendirse al sistema establecido y abandonar toda esperanza de crear un mundo justo.
    Joder tio, no hay persona más incomprensible que un liberal mileurista...uffffffffffffff

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  5. Pues eso se arregla; como ahora abundan poco, coño tampoco nada, vamos a hacernos anarquistas. Salud y "força en el canut" que es lo que interesa.

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  6. Rafa, el mayor anarkista de España es Jose Mari Aznar, que hace y dice lo que le sale de la entrepierna, está sobrao el tio.
    Saludos.

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  7. El socialismo puro y duro desapareció con la caida del muro, igual que la extrema derecha, los paises que quedan, como China ya están evolucionando por otros derroteros.
    El problema del PSOE en estas legislaturas
    es que se ha radicalizado gobernando en contra de la mitad de los españoles y no ha sabido responder a las malas espectativas economicas, perjudicando tambien a parte de su electorado.
    Creo que no es casual que España Portugal y Grecia sean socialistas, los tres en la cuerda floja.
    Vivimos en un mundo capitalista y llevar la contraria a esa realidad, puede suponer un varapalo, como le ha ocurrido al sr. Obama que ya ha perdido fuelle.
    Saludos.

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  8. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  9. Mentalista tu lo has dicho, un mundo injusto.
    estámos manejado por los grandes capitales que son los que influyen en las derivas en uno u otro sentido.
    Pero un buen gestor ante una crisis tan severa hubiera sido una ayuda muy grande, sin importar el color político.
    Saludos.

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  10. Es curioso como al final llegamos siempre a la misma interpretación. El mundo lo manejan los grandes capitales que pueden joder a un pais si quieren o levantarlo de las cenizas.
    Si aprendiesemos a arrimar el hombro todos quizás no necesitariamos de esos grandes capitales y otro mundo sería posible.

    Solo espero que cuando esos grandes capitales piensen que lo que sobra es gente no seamos tan tontos como para matarnos entre nosotros y vayamos todos juntos a por ellos.

    Pero bueno, como dice Mellow somos revolucionarios de salon, comeremos palomitas mientras el mundo se destruye a nuestro alrededor, sin conciencia social, solamente individios mirándose el ombligo. Viva el mundo de la pandereta, del Jaja y de divertirse hasta morir porque es lo único que importa

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  11. Misantropo,
    amigo, como esto siga así en esta tendencia, cuando toda la gente que se está quedando en el paro se le acaben los subsidios y empiece a pasar hambre, igual se monta una buena...o no.

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  12. el problema que yo veo es que si llegamos a esa fase ¿A por quien vamos a ir? ¿A por nuestro vecino que tiene algo de dinero poque se ha administrado de otra forma? ¿A por el del pueblo de al lado?

    Así estaremos haciendoles el juego a los hijos de la grandisima que nos han llevado a esta situación. Ya veo los titulares de la historia: "A finales del siglo XXI la humanidad entró en crisis y se origino una guerra global por culpa del hambre. La mitad de la poblaciónquedó exterminada" Seguro que no pone en ningún lado que las grandes fortunas siguieron enriqueciendose con la guerra y que nadie de ellos sufrió daños...

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  13. No entiendo eso de ir a por el vecino, por que?.

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  14. ¿cuando no tengas para comer a quien se lo vas a quitar? pues al que tengas al lado

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