"La élite puede tener crisis de conciencia, pero nunca miedo"


Un libro interesante a añadir a la lista de “por leer”.
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Andy Robinson (Liverpool, 1960) pasó muchos inviernos en la lujosa estación de esquí de Davos y no precisamente surcando la nieve helvética. Este británico de bronceado ibérico se pateó durante años las moquetas del Foro Económico Internacional con la clara intención de confirmar aquello que muchos ya intuyen, a saber; que Davos no es más que el Facebook de ese 1% mundial que se lo lleva crudo, un ágora en la que el cinismo se viste de filantropía y el pensamiento único de debate abierto.
Con obstinación, dosis de descaro y técnicas poco ortodoxas como el eavesdropping (fingir que hablas por teléfono para cazar una conversación a la que no has sido invitado), Robinson fue recabando datos y fruto de ello es Un reportero en la montaña mágica, la conclusión de que, en efecto, la cita por excelencia de la flor y nata financiera es un debate amañado en el que académicos a sueldo aleccionan al personal sobre las bondades del sistema capitalista mientras la élite mundial "hace sonar sus joyas".
Describe en su ensayo una auténtica bacanal por parte de la élite, de ese 1% que se enriquece a costa del ciudadano, apoyando medidas que incrementan la polarización de las rentas. Siempre ganan, parecen intocables
Creo que los Botín, los Rafael del Pino o los Bob Diamond [Barclays] y los Jamie Dimon [JP Morgan] pueden tener momentos de crisis de conciencia, pero lo que no tienen es miedo, de eso estoy convencido. Yo haría un llamamiento a cualquiera que sienta indignación contra ese 1% para que pase a una nueva fase que consistiría en meter miedo a la élite de Davos porque si no, si no consigues amedrentarles, todo seguirá igual. ¿Y cómo se mete miedo? Pues haciendo lo mismo que a principios del siglo XX; organizándose.

Pero organizarse en torno a qué, ¿cuál es el paradigma alternativo?
Quizá el problema es que hace falta que las cosas vayan a peor para que haya un cambio de paradigma en las facultades o un movimiento contestatario que genere economistas con la influencia de John Maynard Keyness o Milton Friedman, intelectuales que de alguna forma personificaron esos cambios.

A cinco años de la caída de Lehman Brothers, ¿cree que se han tomado medidas para que no vuelve a ocurrir algo así?
No. No hemos aprendido ninguna lección, es muy probable que se produzca una repetición del ciclo de crecicmiento fundamentado en la deuda, tanto por parte del consumidor como de las empresas, lo que es insostenible. Además, la distribución de renta que tenemos es más desigual que nunca, más desigual incluso que en los años de las burbujas. El motor del crecimiento jamás va a ser nuestro poder adquisitivo como trabajadores o ciudadanos de a pie, de hecho va a ser menor. Hemos sufrido en España y en muchos países recortes nominales de nuestros salarios, antes te bajaban el salario mediante la inflación, ahora, en cambio, nos hemos tenido tragar recortes nominales. ¿Cómo se va a basar un crecimiento sostenible en una clase consumidora que tiene menos dinero que antes de la crisis? Se hará en aquellos países donde sea posible mediante un aumento de crédito y eso fue la raíz del colapso financiero.
En su libro plantea la posibilidad de que los países deficitarios cierren filas frente a Alemania y fuercen un ajuste compartido en toda la zona euro. ¿Se imagina un escenario en el que España, Grecia, Portugal e Italia digan: ‘hasta aquí hemos llegado'?
Pienso que tenemos mucho más poder del que imaginamos o del que Mariano Rajoy quiere hacernos creer. No olvidemos que España tiene una deuda enorme y sus principales acreedores son bancos europeos muchos de ellos alemanes. Creo que la táctica deseable para la periferia europea debería basarse en la Guerra Fría, en concreto aquella estrategia que se llamaba Destrucción Mutua Asegurada [Mutual Assured Destruction o MAD, siglas que forman la palabra "loco" en inglés] basada principalmente en algo tan sencillo como; mira, si yo aprieto el botón esto salta por los aires y nadie sale vivo de aquí. El único partido político que ha empezado a hablar públicamente del botón nuclear es Syriza en Grecia y da la casualidad que ha pasado de tener apenas un 5% de sufragios a casi un 30% en los últimos cinco años.

¿Por qué cree que no se hizo?
Hubo un momento, hace como año y medio, en que la posibilidad de insolvencia era tan inminente que quizá habría tenido sentido. Si Zapatero hubiera mantenido esa política de apoyo a Papandreu quizá se hubiera atenuado la crisis posteriormente. Creo que la respuesta punitiva de Alemania a los países de la periferia europea es un poco la tragedia de esto, pero claro nosotros los periodistas y en general los medios no le dimos un pequeño margen para seguir con esa política.

¿Comparte la visión optimista de Guindos? ¿cree que ya se puede hablar de brotes verdes?
No solo De Guindos es optimista, también Draghi habla ya de brotes verdes. No estoy tan seguro de esto. A De Guindos no le queda más remedio que seguir las consignas de Bruselas, Berlín y Frankfurt y convertir la economia española en una economia cuyo crecimeinto se basa en las exportaciones es algo que en cierta medida ya se ha conseguido. La exportaciones españolas están subiendo más que las alemanas pero el problema es dónde estamos exportando...

¿No cree que algunos datos son alentadores?
La zona euro está creciendo a niveles muy bajos, cuando hablamos de brotes verdes estamos hablando de niveles de crecimiento que hace cuatro años se habrían considerado próximos al estancamiento, pero como hemos pasado por un momento tan catastrófico y nos han bajado nuestras expectativas de una manera tan drástica consideramos que no estamos tan mal, es una forma de gestionar la opinion publica muy eficaz.



Comentarios

  1. Interesante, camarada.
    Celebro ésta vuelta a su casa virtual, un abrazo!

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