EN LA UE SE ODIA AL RUMANO, SE ODIA AL POBRE
El cliché de un inmigrante parado
que frecuenta el sistema sanitario de algún país de la UE se está implantando
en la mente de los europeos. Pero esta demagogia xenófoba e ignorante se puede
debatir con datos sacados de un estudio de la propia Comisión Europea (índices capitalistas).
El número de inmigrantes europeos
que residen en un país que no es el suyo, mayores de edad e inactivos, apenas
alcanza el 1% y el 13 % de estos son estudiantes. Se entra pues en la falacia
que parece convencer a parte de la clase trabajadora de que el enemigo del “supuesto
estado de bienestar” es el rumano.
Existen otros datos de interés,
como que la tasa de empleo de los inmigrantes europeos es mayor que la de los
nacionales; como que el gasto sanitario destinado a comunitarios no activos es
el 0,2 % del presupuesto dedicado a la sanidad en el continente, el 0,01 % del
PIB comunitario.
Si realmente nos vamos a los
datos económicos y estadísticos nos damos cuenta que esta xenofobia no está basada en ningún dato real y es un mecanismo cojonudo para mantener alienada a
la clase trabajadora de sus verdaderos enemigos. Sino, no hay más que ver el
chantaje al que está sometiendo la Troika y el FMI al pueblo griego.
¿De qué sirve una Unión Europea
que no protege a su pueblo de especuladores y usureros?
¿De qué va a tener miedo el
pueblo griego?. El pobre no entiende de deudas impagables ni prima de riesgo.
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